Revelaciones y relevaciones sobre lo que no pero sí
Hace unos meses lo descubrí, estaba caminando por la calle y una mujer vestida toda de verde, en una especie de sobretodo de plástico, me lo dio, un folleto, sobre una especie de curso, cursillo, una especie de taller quizás, el folleto decía en letras cursivas: “Curso intensivo de Revelaciones y Relevaciones sobre lo que no pero sí”.
No sé bien que es lo que me atrajo de él, si el título, o el verde manzana de la mujer, que inyectaba mi vista de curiosidad ponderada. La cuestión es que lo único que acompañaba al título de este folleto era una dirección, y un sello, una especie de serpientes enredadas en un racimo de uvas, entonces me decidí a preguntarle a esta rarísima mujer de qué iba todo esto, pero para cuando levanté la mirada para interceptarla, ya no estaba, en su lugar había un tipo vendiendo uvas en un puestito de madera, que, estoy completamente seguro, antes no estaba.
Toda esta locura me indujo inmediatamente a leer de nuevo el folleto y dirigirme a la dirección indicada, así que metí la mano en el bolsillo, empecé a tantear en busca del papel, pero en lugar de ello encontré una hoja, ¡Una hoja vegetal! Gracias a mis conocimientos de botánica (obtenidos ayudando a mi tío en el campo el último verano), pude identificar que era una hoja de la vid, y todo empezó a encajar. “Yo no estoy loco” me dije, “Es decir, no esta clase de locura, sino de la que no te provoca alucinaciones”, me di cuenta que si esto no era producto de una esquizofrenia latente, entonces había rayanado el borde de algo paranormal, ¡Me entusiasmé con la idea! Así que, intentando hacer memoria sobre la dirección, emprendí mi búsqueda.
Terminé en una calle bastante oscura, en esos momentos empecé a reevaluar si esto era buena idea, no había un alma en todo el lugar, era de noche, las luces de las luminarias eran amarillas, gastadas, sombrías, pero había un cartel de madera a un lado, eran tablones clavados a una columna de hormigón, madera casi podrida, pero en ella se veía claramente una especie de escudo, eran dos serpientes y un racimo de uvas, así que no lo pensé más y antes de retroceder del miedo, arranqué hacia ese lugar, había un camino de adoquines negros, un camino que me adentró en esa parcela.
El camino me alejo tanto al punto que ya no veía con claridad las luces amarillentas de la calle, me pareció muy raro, porque estaba en la ciudad, las manzanas porteñas no son tan grandes, pero yo me había adentrado unos doscientos metros en una de ellas y el camino seguía, era físicamente imposible, pero seguí, a esas alturas lo raro era lo evidente.
Por alguna razón se me dio por tomar la hoja de vid que tenía en el bolsillo, y, ¡Oh sorpresa, La hoja se había metamorfizado en el folleto nuevamente! Cabe aclarar que soy una persona muy… matemática, me interesan todas las curiosidades de la física y de los números, los teoremas sin resolver, los debates entre la mecánica clásica y la mecánica cuántica, la lógica, la geometría de Moebius. Los números siempre me dieron seguridad, ya que en mi mundo de axiomas y partículas subatómicas no hay mentiras, hay exactitud, hay seguridad, hay demostración, por eso todo esto que me estaba pasando me hacía frágil, las dudas eran una bolsa que me asfixiaba, eran la inversa de mi corazón trigonométrico.
Para redondear con los clichés de la ciencia ficción que me estaban ocurriendo, al levantar la mirada, una casa gigante estaba enfrente mío, una mansión que se hacía lucir bastante bien, a pesar de sus visibles fisuras y pintura sucia, probablemente producto de su antigüedad, o de una mente bastante afectada por la cordura cotidiana. Así que me dirigí a la puerta, ésta estaba rodeada de cerraduras y trabas de todo tipo, parecía impenetrable, así que decidí ir por el camino fácil, y me puse a golpear fuertemente por un rato. Nadie atendía, ni un mosqueo, se veían luces prendidas adentro, pero nada, así que desganado, me di vuelta para pensar en otra entrada, o en retirarme de ahí lo antes posible.
Ahora bien, no sé como describir esta parte del relato, porque está fuera de mis conocimientos semánticos, pero cuando giré para volver, ya estaba dentro de la mansión, estaba en el interior de esa casa, fue algo más que increíble, fue algo creíble a esas alturas, empecé a entender un poco la lógica de esta realidad, empecé a sentirme a gusto con estas nuevas leyes de la física, después de todo, ¿Quién se conforma con la simple ley de gravedad? ¿Quién no quiere volar, o entrar a sus casas sin entrar? ¿A quién le interesan las partículas, los átomos, la relatividad y la cuántica si al fin y al cabo, con ellas no tenemos la voluntad de volar, o de convertir una uva en un folleto con nuestras manos?
La única palabra que me salió en el momento fue: “Interesante” y después de apenas susurrarla, apareció bajando por unas escaleras en caracol, un nene, un pibe raro, se me empezó a acercar caminando algo cojo pero decidido, me dio escalofríos su confianza, como si estuviese planeado que yo caiga a ese lugar.
A medida que se me acercaba empecé a notar cosas raras en él, tenía barba, y tenía la cara achatada, las proporciones de su cuerpo no eran las de un pibe común, entonces entendí que no era un joven, sino un enano, pero un enano atípico, un enano “norsureño”.
Este hombre se paró a unos cincuenta centímetros de mí, y comenzó a hablarme: “Bienvenido, Interesante, la doña supo que no te ibas a resistir, así que acompañame que te sacamos esas zapatillas de forro y te cambiamos la cara de boludo en pequeños instantes.” Ante estos insultos no reaccioné agresivamente, apenas podía mantener la cordura dentro de este surrealismo extravagante que suponía el momento, sólo pregunté: “¿Quién sos? ¿Qué pasa acá? ¿Es real todo esto?”, el enano sólo respondió: “Soy Bromato de Potasio, enano norsureño de este lugar, no preguntés más que sos harto hinchapelotas, la doña sabrá quitarte las dudas.”, y así, una vez más ofendido por este enano prepotente, callé y lo seguí. Me guió por un pasillo bastante amplio lleno de lámparas antiguas, como candelabros de pared, muy típico de estas mansiones que se ven en las películas de terror, la clásica vivienda poseída donde la familia perfecta se muda tras apostar todo en ella, o recibirla de herencia de un tío lejano del cual nunca se supo nada. Caminamos por estos pasillos hasta que frenamos en una puerta pintada de verde, verde manzana, ese color me hizo saber que ahora venía lo bueno, pero el miedo me resistía la entrada.
“Entrá que la doña te espera, librate de ese cobarde interior y entrá.” dijo el enano mal nacido, al menos sus palabras sirvieron de aliento, porque sin dudarlo tomé el picaporte y abrí la puerta, hice unos pasos y entré a la habitación, la puerta se cerró sola de un golpe, golpe tal que me hizo recordar mi vida entera del susto, y ahí estaba, “La Doña”. De lo que la palabra “doña” da a imaginar a uno, no tenía nada, era una mujer joven, de unos veintipico, hermosa, y claro, vestida de verde, entonces cuando iba a empezar mi ronda de preguntas, ella me interrumpió: “Ahora te explico sin explicarte, Interesante, estas lleno de dudas, y la razón no te ayuda, pero vas a ver que para esto es para lo que estas creado, para llenarte de dudas y con nosotros dejarlas a un lado, para que lo entiendas mejor, Interesante, está en tus genes, está en tu hipotálamo, la lógica deja de ser tal, la lógica que vas a aprender en este lugar logra que las tautologías sean contradicciones, y que las equivalencias sean asimétricas, todo lo que sabes de antes no es nada, no vale nada.”
“Entrá que la doña te espera, librate de ese cobarde interior y entrá.” dijo el enano mal nacido, al menos sus palabras sirvieron de aliento, porque sin dudarlo tomé el picaporte y abrí la puerta, hice unos pasos y entré a la habitación, la puerta se cerró sola de un golpe, golpe tal que me hizo recordar mi vida entera del susto, y ahí estaba, “La Doña”. De lo que la palabra “doña” da a imaginar a uno, no tenía nada, era una mujer joven, de unos veintipico, hermosa, y claro, vestida de verde, entonces cuando iba a empezar mi ronda de preguntas, ella me interrumpió: “Ahora te explico sin explicarte, Interesante, estas lleno de dudas, y la razón no te ayuda, pero vas a ver que para esto es para lo que estas creado, para llenarte de dudas y con nosotros dejarlas a un lado, para que lo entiendas mejor, Interesante, está en tus genes, está en tu hipotálamo, la lógica deja de ser tal, la lógica que vas a aprender en este lugar logra que las tautologías sean contradicciones, y que las equivalencias sean asimétricas, todo lo que sabes de antes no es nada, no vale nada.”
“Entonces, me estás diciendo que lo que pensé alguna vez fuera cierto, lo es, hay una lógica distinta a la humana, hay conexiones donde no las vemos, tengo una pregunta antes que nada, ¿Quién es el pelotudo que me trajo hasta acá?” le dije a la doña, y ella dulce y entusiasmada respondió: “Estás en lo cierto, nunca estuviste errado respecto a ese pensamiento, lo que no es pero sí es, eso se te va a revelar en los siguientes días, y se te va a relevar de tu cargo de humano, de tu conciencia peluda. Con respecto a Bromato de Potasio, el pequeño es un enano norsureño, son enanos del sur que nunca estuvieron ahí, sin embargo son del norte, donde tampoco estuvieron nunca, y su capacidad de irritarte es su máxima de vida, el hecho de que te insulte no es por una personalidad ofusca, sino que ellos insultan la verdad, por ejemplo, tus zapatillas, están todas rotas, abiertas a los costados, y estamos en pleno invierno, a la vez tenés el dinero más que suficiente para costearte otras más abrigadas, sin embargo, por la moda quizás, o por haragán, las mantenés en uso y sabés que sufrís el frío en tus pies a pesar de ello, evidentemente el “forro” tiene motivos, por otro lado sos hombre, tenés testículos, bolas, tener “cara de boludo” no es más que una consecuencia inmediata de ello, así que no te ofendas con estos pequeños seres, podes tomar sus insultos como grandes consejos.”
“Estoy empezando a entender, otra cosa, no me llamo Interesante…”, Le intenté explicar a esta mujer que hubo una confusión con mi nombre, siendo interrumpido: “¿Cómo te llamás? ¿Acaso lo sabés? ¿Podés entender el valor y el origen de un nombre? Sos Interesante, porque el nombre “Interesante” suena interesante, porque para que las cosas sean interesantes se necesita foco ¿No? No te preocupas por cosas relevantes a tu vida, no te perdés en historias, sin embargo te enfocás en lo que te es interesante, como si escuchar tu nombre fuese escuchar música, de ahora en adelante cada vez que te nombren vas a escuchar música.”
“Está bien.” Dije, “Suena bien, suena a música y hasta me empieza a gustar, vayamos al grano, todavía tengo miles de dudas, no estoy tranquilo, todavía quiero entender cómo una mujer se transforma en un puesto de frutas, al menos según la lógica de esta realidad.”, ella me respondió: “¿Entonces estás aceptando ingresar a nuestro curso intensivo de Revelaciones y Relevaciones sobre lo que no pero sí?”, “Absolutamente”, respondí, “Muy bien, la tarifa fija es de $650 mensuales, el curso este año será de siete meses, pudimos acortar gastos a diferencia del año pasado, juntando dos grupos de alumnos en uno y reduciendo las horas extras, pero vas a tener que pagar por adelantado los primeros dos meses, la clase de hoy es gratis.” me dijo la doña, dejándome desconcertado, “¿Cómo es esto? Con toda esta magia y toda esta locura… “ilógica” de este lugar, ¿ me venís a decir que se manejan con dinero? ¿Después de todas estas experiencias me vienen a decir que acá también hay burocracia?” le contesté, aún más desorientado por esto que por cualquier otro hecho que me haya ocurrido ese día, a lo que me respondió: “Interesante, pronto vas a descubrir, que con o sin ley de gravedad, hay nudos con los que estás atado a tu primitiva especie, que tus pulgares oponibles no curan el ego ni lo han hecho por generaciones, y que tu sistema es un gran "grano en el culo", inclusive, para nosotros, ¿O nunca leíste ese libro? de un joven que estudia en una escuela de magia, ¿Acaso las varitas mágicas se pagaban solas?”, me empecé a reir a carcajadas, la ironía era algo hilarante y a la vez decepcionante, pero bueno, ahí estaba yo, a unos cientos de pesos de visitar otra realidad, solamente debía pagar unas cuotas y un nuevo mundo se abriría ante mí, por lo estúpida que parezca esa idea, “En este momento sólo tengo…” dije mientras revolvía mi billetera, “…$320 a mano, ¿Puedo traer el resto luego?” la miré esperanzado, “No tengas preocupaciones por ahora, adelante, te reservamos un cuarto en el segundo piso con los otros que serán tus compañeros, después traés el resto sin falta, andá a cambiarte las zapatillas y la cara, y estáte listo para las noventa y siete horas, que empezaremos con el curso.” me contestó la doña, así que me retiré contento de la habitación, preguntándome en mi interior a qué hora se hacen las noventa y siete.
El enano Bromato estaba afuera esperando para guiarme a mi cuarto, me miró por un momento y emprendimos camino hacia el segundo piso, en el camino el enano dijo: “¿seiscientos cincuenta? Evidentemente te vieron la cara de boludo”, solamente pude reír, no me importaba ya nada.
No me es posible describir con exactitud lo que ocurrió ese día después de entrar a mi habitación, la lógica habitual por la que nos regimos, los paradigmas con los que estamos tan cómodos no son suficientes para entender y representar qué es lo que me ocurrió, sólo sé que me puse unas pantuflas “saladas” y que literalmente “me cambié de cara” antes de entrar al curso, y que ese día aprendí un par de curiosidades que puedo dar a conocer, curiosidades que nadie se esperaría, como por ejemplo, ¿Sabían qué es lo que ocurre en realidad cuando se nos pasa el tiempo volando de rápido?, los científicos dicen que hacer actividades entretenidas o placenteras nos hace percibir el tiempo más rápido, hacen que se nos pase volando el día, lo que de verdad ocurre es que un enano norsureño invisible que habita nuestras casas (por cierto, cada uno de nosotros tiene uno), usa su TABU o Transbordador Atlántico Bisturí Universal para inducirnos un efecto “chiflatiempos” cuando estamos contentos o concentrados, lo que produce que nuestra mente perciba el tiempo lineal como una curva sinusoidal que acorta distancias entre el estado Alfa y el Delta, lo que nos induce a entrar en un sueño REM o Recontra Efímero Momento, y terminar pensando que el tiempo pasó volando. Son increíbles curiosidades, y seguro ya les contaré más de las cosas que sí puedo contar sobre esa clase, pero lo más curioso de todo es lo que ocurrió después de ese día, volviendo a mi hogar para buscar el resto del dinero.
El enano Bromato estaba afuera esperando para guiarme a mi cuarto, me miró por un momento y emprendimos camino hacia el segundo piso, en el camino el enano dijo: “¿seiscientos cincuenta? Evidentemente te vieron la cara de boludo”, solamente pude reír, no me importaba ya nada.
No me es posible describir con exactitud lo que ocurrió ese día después de entrar a mi habitación, la lógica habitual por la que nos regimos, los paradigmas con los que estamos tan cómodos no son suficientes para entender y representar qué es lo que me ocurrió, sólo sé que me puse unas pantuflas “saladas” y que literalmente “me cambié de cara” antes de entrar al curso, y que ese día aprendí un par de curiosidades que puedo dar a conocer, curiosidades que nadie se esperaría, como por ejemplo, ¿Sabían qué es lo que ocurre en realidad cuando se nos pasa el tiempo volando de rápido?, los científicos dicen que hacer actividades entretenidas o placenteras nos hace percibir el tiempo más rápido, hacen que se nos pase volando el día, lo que de verdad ocurre es que un enano norsureño invisible que habita nuestras casas (por cierto, cada uno de nosotros tiene uno), usa su TABU o Transbordador Atlántico Bisturí Universal para inducirnos un efecto “chiflatiempos” cuando estamos contentos o concentrados, lo que produce que nuestra mente perciba el tiempo lineal como una curva sinusoidal que acorta distancias entre el estado Alfa y el Delta, lo que nos induce a entrar en un sueño REM o Recontra Efímero Momento, y terminar pensando que el tiempo pasó volando. Son increíbles curiosidades, y seguro ya les contaré más de las cosas que sí puedo contar sobre esa clase, pero lo más curioso de todo es lo que ocurrió después de ese día, volviendo a mi hogar para buscar el resto del dinero.
Saliendo del lugar una vez terminado el curso gratuito del día, decidí ir hasta mi casa en busca del dinero, afuera ya era de día, calculo yo que eran las ocho o nueve de la mañana, a pesar de que para mí había pasado mucho más tiempo en ese lugar, seguí el camino de vuelta a la calle, y ahí estaba de nuevo, en “nuestra” realidad, pero todavía ni un alma se veía caminando por esos lares. Caminé un par de cuadras y ya se empezó a ver un poco de actividad por las calles, gente caminando, puestos de choripanes, de revistas, autos, motos, y un taxi que logré frenar.
Le dije al chofer mi dirección y arrancó su camino, mientras íbamos en marcha, el tipo me miró por el retrovisor y me dijo: “¿Qué te pasó flaco?”, “¿Por qué, qué pasa?” le contesté, “Tenés un tajo en la frente, ¿Te afanaron? Mira que esa es una zona jodida che.” me respondió, “No para nada, no podría explicarle lo que me pasó hoy.”, le respondí nuevamente. En ningún momento me había percatado de ese golpe, estaba inflamado, pero no parecía reciente, calculé que me lo podría haber hecho mientras subía el ascensor de poleas invectoriales en el noveno piso de aquél lugar, ese ascensor era un peligro, pero no me dolía, así que no le di más importancia al asunto.
Una vez en casa, ya con el resto de la primer cuota en mano para llevarla a aquella mansión, tomé mi camino de vuelta hacia el lugar, pero para mi sorpresa, cuando llegué, el camino de adoquines no estaba, el cartel de madera era ahora una tapa improvisada para un medidor de gas de la calle, sin escudos, sin signos raros, y en frente mío sólo había una parcela vacía.
Me revisé los bolsillos en busca del folleto, mi última esperanza de saber que todo lo que había vivido no fue un sueño o un episodio de locura, lo único que tenía era pelusa y una púa de plástico, nada fuera de lo normal, ni siquiera una hoja de vid, revisé mi billetera, y efectivamente, me faltaban $320 pesos.
No puedo explicar que es lo que paso, tampoco les puedo explicar demasiado de lo que aprendí en ese día del curso, por un lado me siento tan vacío, de no saber si todo esto fue algo o no, tampoco puedo saber si debo internarme o necesito ayuda, tampoco sé si un ente paranormal me timó y me quitó mi dinero o si me robaron y golpearon en la cabeza, y el desmayo produjo todas estas rarezas, de lo que estoy seguro, es de que todo eso fue muy real, no fue como soñar, y de que fueron los momentos más interesantes de mi vida… si... ya puedo escuchar la música… interesante.
Me revisé los bolsillos en busca del folleto, mi última esperanza de saber que todo lo que había vivido no fue un sueño o un episodio de locura, lo único que tenía era pelusa y una púa de plástico, nada fuera de lo normal, ni siquiera una hoja de vid, revisé mi billetera, y efectivamente, me faltaban $320 pesos.
No puedo explicar que es lo que paso, tampoco les puedo explicar demasiado de lo que aprendí en ese día del curso, por un lado me siento tan vacío, de no saber si todo esto fue algo o no, tampoco puedo saber si debo internarme o necesito ayuda, tampoco sé si un ente paranormal me timó y me quitó mi dinero o si me robaron y golpearon en la cabeza, y el desmayo produjo todas estas rarezas, de lo que estoy seguro, es de que todo eso fue muy real, no fue como soñar, y de que fueron los momentos más interesantes de mi vida… si... ya puedo escuchar la música… interesante.
FIN
Nicolás Bella
